Fernando Guillermo Celano
La realidad es que venía hoy para postear algo por la positiva, pero por lo visto la advertencia dejada al pie de alguno de estos posts no fue suficiente.
Imagínense ustedes una persona con la cual perdí todo contacto hace más de 10 años, y cuando digo perder contacto me refiero a no tener ningún tipo de noticias de esa persona; la realidad es que trato personal no tengo desde hace 15 años, cuando compartíamos grupo de estudio o cuando vivimos brevemente en el mismo edificio y nos cruzábamos en el palier.
Ahora imagínense que esa persona lleva esos mismos 10 años usurpando tu identidad en Twitter, dedicándole tiempo a postear cosas para ridiculizarte por dicha red. ¿Cuál es el nivel de enfermedad y obsesión que tenés que tener encima para perder parte de tu vida en hacerle bulling a alguien que conociste fugazmente cuando estabas en tus veintipico siendo hoy una persona de más de 40 años?
¿Tanto te marqué?, ¿tan relevante fui en tu vida como para que 15 años después de habernos tratado sigas jugando a esto? Yo lo lamento, pero apenas te recuerdo como alguien con quien fugazmente compartí parte de un grupo mucho más grande en el que nos juntábamos a estudiar, allá lejos y hace tiempo, cuando empecé la facultad.
Durante más de 10 años cualquier búsqueda relacionada con mi nombre en Google entregó como resultado este perfil de Twitter creado y mantenido sólo a fin de ridiculizarme. He aquí mi humilde aporte a intentar equiparar lo inequiparable.
Espero que en algún momento descubras lo que te pasa, asumas las cosas de tu personalidad que evidentemente por prejuicios no estarías pudiendo asumir, que dejes de hostigar a desconocidos y que seas feliz.