Lo que no se veía
Evité en el post anterior mostrar el reverso de las puertas del vanitory. Se ven sólo en las primeras fotos en las que muestro cómo estaban, y al final de la faena, seguían igual:
Una melamina cagada a palos, manchada, con agujeros, y con un calado para unas bisagras del doble del tamaño que las que le puse.
Enduímos y lijamos:
Vamos a pintar con aerosol. Un glorioso Kuwait, el más barato, sale unos $14... aunque a mí me lo cobraron $20 (y eso que me fui ofendido de una ferretería donde lo tenían a $29). El aerosol es muuuuuy volátil; protegemos todo lo que no queremos pintar (incluso aunque esté del lado de atrás -¡muy volátil!-), con especial cuidado en delimitar bien el borde de hasta donde queremos llegar:
Y acá van las manos.
Primera:
Sí, no cubrió una mierda.
Segunda (lo bueno del aerosol es que entre la primera y la segunda pasaron 10 minutos):
Una más y terminamos...:
...si no fuera porque después de pintar esa puntita me quedé sin pintura. Kuwait y la puta madre que te parió. Encima feriado.
Compré otro en Villa del Parque de camino a un asado en una ferretería que encontré abierta ($25, el impuesto al feriado) y a la noche terminé:
Ya que estaba di dos manos más para tapar algunos detalles, pero con tres ya estaba bien. Sobró media lata.
Sin el enmascarado primero y luego emplazadas in situ:
Le puse un poco de masilla epoxy a parte del codo que tenía una gotera, pegué con un par de puntitos de silicona la pileta al mueble y listo, ahora sí terminé.
Desde hace 15 años que quería tener (y aprender a tocar) un piano. Diversas circunstancias siempre hicieron que no pudiera comprarme uno, lapso durante el cual seguía tocando mi viejo y choto teclado Casio CTK-500, una poronga de 5 octavas, no sensitiv
Tracked: Feb 16, 18:57