Maceteros boluda total

Tuesday, May 1. 2018

Todo comenzó con un mueble que fue cirujeado de la calle. No sé qué era pero tenía estos cajoncitos mugrientos:


Lo primero fue el lavado de la tierra gruesa y el despegado de unas cosas que parecían cera o algo así:


Habían varias puntitas rotas y nudos saltados que se rellenaron o con masilla o con enduido:


Resulta que yo tenía una escoba:


Entonces:


Y así quedó mi escoba:

(En realidad mentira, quedó más corta, porque esa foto es de cuando sólo había hecho los cajoncitos cortos, además hay dos cajones largos por lo que le saqué 6 rodajitas más.)

Ya todos se habrán imaginado que eran las patitas. En los cajoncitos largos tuve que reforzar un poco las del medio porque si no quedaban en el aire:


Una lijada al conjunto y después vino la pintura, un esmalte blanco mate que estaba ya de última seco en el fondo de la lata:


Esa podría haber sido la historia, pero la realidad es que al principio creí que pintar las patitas podía llegar a ser buena idea y quedó horrible, además tampoco había rellenado los agujeros del riel del fondo y era un espanto cómo se veía así que le puse enduido:


Con la base blanca dada se hizo una limpieza bien pareja del borde y después se le aplicó barniz satinado (a ser sinceros, en realidad me puse a hacer los maceteros porque tenía que darle una última mano de barniz al cajón peruano y aproveché que tenía un pincel nuevo). Como la pintura blanca agarra cualquier cosa de mugre que anda dando vueltas y no puede limpiarse preferí sacrificar el blanco tiza y barnizarla también encima, si bien el color queda más sucio al menos termina siendo lavable; además la pintura estaba tan vieja que apenas estaba agarrada a la madera:


Y finalmente así quedó:



P.D.: FGC: Considerá este cortito como una última y única advertencia.

Cajón peruano

Sunday, April 1. 2018

Otra vez retomando el blog después de un parate largo y otra vez un post largo de esos con muchas fotos.

En esta oportunidad la construcción de un cajón peruano.

Motivación


En primer lugar, cómo fue que llegamos esto. La realidad es que llevaba mucho tiempo sin hacer algún laburo en serio sobre madera y venía acumulando ganas de probar un par de técnicas que hace rato que quería ensayar. Todo este tiempo estuve haciendo cosas, pero hace muchos años que estaba trabajando casi exclusivamente sobre aglomerado, terciada, MDF, etc. y realmente tenía muchas ganas de trabajar madera de verdad.

La idea de hacer un cajón surgió primeramente por un tema de practicidad y de ver qué onda. Me pareció algo piola como para ensayar, principalmente viendo la relación costo de producción versus precio de venta para cualquier cosa del estilo de un instrumento musical. Por otro lado, el cajón es más mueble que instrumento por lo que no hace falta ni técnica ni herramientas de luthería para concretarlo.

De la conjunción de lo primero y lo segundo surgió un proyecto interminable que, si bien podría haber sido terminado en menos de una semana, se fue alargando porque tenia ganas de dedicarle tiempo a los detalles. Claramente, el proyecto llevado adelante de esta manera no es viable si de aspiraciones comerciales se trata.

Arrancando


Como siempre, comenzamos por el diseño. La idea fue siempre hacerlo en guatambú de 1/2" y usar una terciada de 4 mm para la tapa de golpe.

Ahora bien, no se comercializa madera de más de 20 cm por lo que me vi obligado a partir las piezas en dos cortes y a unirlas entre sí. Por un tema de resistencia, en los laterales usé una partición de 20 cm + 12 cm mientras que en la tapa por un tema de simetría partí al medio.


En teoría 1/2" son 12,7 mm... bueno, las piezas que recibí oscilaban entre 6 y 9 mm, y si me dijeras que estaban bien cepilladas por lo menos, pero tampoco. Mal que mal pude zafarla porque el interior del cajón no queda a la vista y dejé las partes más groseras para el lado de adentro.

El primer laburito fue aparear las piezas tratando de dejar la menor cantidad de imperfecciones del lado de vista. Quiero recordarla a Mimí que murió el mes pasado pero que me ayudó supervisando la calidad de las piezas como colchón y me acompañó cada vez que tuve que trabajar en el proyecto.


Encastre


Como dije, no se vende madera del ancho que necesitaba y además la maderera se negó a machimbrármela, proceso que sólo hacen a partir de piezas de 1"... y viendo la calidad con la que trabajan, agradezco que no lo hicieran ellos.

Decidí hacer una unión de tipo machimbre yo mismo, bastante rápido me di cuenta de que me era imposible fijar la madera como para fresarla, así que hice lo que me debía desde hacía mucho tiempo: compré un banco de carpintero, realmente muy buena inversión.

El machimbre lo hice para que el encastre quedara a pelo del lado de vista y dejando las diferencias en el ancho de las piezas del lado de adentro.


En estas fotos se puede ver lo grosero de los cortes de la madera:


Y de ahí encolado y prensado:


Después un cepillado leve para terminar de emparejar:


Taracea parte I: Filete


Volvamos al diseño original, la tapa quedaba hermosamente encuadrada entre los 4 laterales. Ahora bien, la 1/2" pulgada de espesor terminó siendo, en el mejor de los casos, 3 mm menor. Ergo, queda un juego de 6 mm entre la tapa y los laterales.

Una solución posible al problema hubiera sido reducir las dimensiones del cajón, el otro fue rellenar ese espacio con un filete. Como dije, quería sacarme las ganas, y hace muchísimo tiempo que no hacía trabajos de marquetería y tenía ganas de jugar un poco con eso.

Intenté comprar dos maderas con suficiente diferencia de color, pero maderas oscuras no conseguí chapa chica que no saliera carísima, así que opté por comprar dos chapas claras y teñir una de las dos. Ensayé teñido con tintura para madera (tres manos) y teñido con anilina y el resultado fue superior con la tintura para madera. De todos modos el teñido terminó dependiendo mucho de la veta, en cortes en el sentido de la misma el teñido se ve poco mientras que en cortes a contraveta el teñido se ve mejor: El teñido con anilina resultó mucho mejor sobre la superficie pero no penetró en el interior de la madera, sí parece un buen método si la madera fuera a ser usada en su extensión que no era el caso de este proyecto.


Lo siguiente fue hacer sandguchitos de claro-oscuro-claro y oscuro-claro-oscuro, pegarlos y prensarlos. Se puede ver cómo en el sentido del corte el teñido no es total y se ve el rojizo de la madera original:


Los sandguchitos se cortan en tiras y se hacen a su vez un sandguchito entre claro-oscuro todo eso hasta completar los 3 mm de espesor que la maderera le robó a mi 1/2". El resultado es el patrón del filete:


No sé qué tan trabajo de paciencia se vea, pero todo eso llevó menos de 1 hora de trabajo.

Taracea parte II: Roseta


Ya cebados con hacer marquetería y arrastrando varios años de ganas de querer hacer una roseta le di para adelante con hacer una en la boca acustica.

La técnica es similar a la del filete, pero como el armado es in situ las piecitas tienen que cortarse y pegarse de a una con lo que el trabajo se hace interminable.

Lo primero fue rebajar la tapa para hacerle espacio a la roseta:


A continuación tira oscura, seguida de tira clara, seguida de sucesión de sandguchitos, seguida de tira clara, oscura, clara, sobre el diámetro exterior:


Hasta ahí el progreso era más o menos rápido. Pegar sobre el borde exterior es fácil porque la madera hace fuerza hacia afuera y queda apretada.

Mismo laburito en el radio interior:


El filete interior no quedó prensado completamente, por lo que la distancia entre el interior y el exterior es variable... ergo, todo lo que fue en el medio tuvo que ser cortado a medida.

Después primero un sandguchito, después varios, se fue llenando el interior:


Llegado ahí me pareció que estaba quedando soso, así que desarmé una parte y cambié el patrón:


Como se ve, ya empezaba a ser preocupación (en realidad desde la guarda exterior) el cómo iba a rebajar eso al pelo de la madera. Notar cuánto se marcó el cutter en la madera de la tapa...

Lo que siguió fue un trabajo insufrible. Creo que me llevó tres sesiones cerrar el círculo:


El principal problema del rebaje era que el cutter rayaba la madera y dejaba buena terminación en la roseta, mientras que el cepillo rebajaba parejo pero dejaba demasiado rugosa la marquetería.

Lo siguiente fue crear la boca:


Ensamblado


Volvamos al diseño original y al problema de la 1/2". Inicialmente la idea era hacer un encastre dentado entre los laterales. Ahora bien eso hubiera implicado que todo el ancho de la madera quedara a la vista, y ya vimos que habían diferencias groseras entre tabla y tabla. Por esto fue necesario ocultar el espesor de las tablas y entonces fue necesario hacer un encastre a 45º.

La realidad es que esto no fue algo buscado en el diseño inicial y que además le saca rigidez a un cajón que en su uso normal tiene que resistir a una persona sentada encima y haciendo percusión. Tal vez una solución mejor hubiera sido hacer un encastre cola de milano invisible (ni idea de cómo se traduzca, es un encastre tradicional japonés) pero se me iba a ir demasiado de las manos y además el espesor era poco como para algo tan complejo.

En principio intenté rebajar los 45º con una garlopa eléctrica y el resultado fue imposible de controlar:


Así que compré una fresa de 45º y usé el router. Resultado perfecto. Lo único que jodió un poco fue tener que ajustar el router según el ancho de las tablitas que no era regular ¬¬:


El resto es simplemente acomodar las piezas y pegar. De marco entre la tapa y los laterales va el filete cortado con cutter en tiras de 1 cm:


Cuando compré la fresa aproveché y compré un pack de hojas de cutter, mejoró tremendamente el rebaje de la taracea usando hojas nuevas:


De momento el estado general del cajón era bastante impreciso:


Intenté cepillar con la garlopa eléctrica y el resultado es el desastre de la primer foto (es la base, así que no importa). Así que colgué los guantes, afilé la hoja y lo hice a la antigua usanza:


El tema de que la tapa esté flotante sobre el filete demostró rápidamente que no era una buena solución estructural:


Finalmente el cepillado fue bastante aceptable (la primera foto corresponde a la misma cara de la primer foto en donde hablo de la imprecisión del aspecto general):


Refuerzos


Ya tenía miedo por los encastres a 45º, que ni siquiera apoyaban bien en toda su extensión y sumado al descalce de la tapa, así que aproveché la confección del marco de apoyo de la tapa sonora para reforzar el interior.

El marco lo diseñé para que funcionara como apeo y revirtiera la tendencia de abrir los laterales que tenía el encastre a 45º:


Estaba corto con el listón del refuerzo así que para los interiores lo quería cortar al medio y duplicar el metraje. Quise montar la caladora sobre mi mesa de carpintero nueva y realmente no anduvo. Terminé cortando con la máquina móvil. Con esas varillas reforzé adentro:


Interior terminado (?), con un barniz tremendamente viejo le di una mano de impermeabilización a la caja para poder cerrarla, también a la tapa. Ah, una cosa que me había olvidado de mencionar es que la tapa me la cortaron con la veta en el sentido del ancho, así que tuve que comprar otra con la veta bien...:


Bordonas


Este capítulo es pobre. La bibliografía dice que la diferencia entre el cajón flamenco y el peruano es que el flamenco lleva bordonas tipo redoblante mientras que el peruano no. Ahora bien, el peruano lleva un par de cuerdas de guitarra adentro que se supone que vibran por resonancia.

La realidad es que ya estaba casi por armar la tapa, no pensaba ponerle cuerdas, y antes de cerrarlo me agarró cosa de que después no iba a poderse y las puse con cero ganas, nunca pude tensarlas como correspondía. Diría que ni suenan en el resultado final.


Taracea parte III: Tapa de golpe


El problema con haber hecho el filete y la roseta es que todo eso es el lado de atrás del cajón, el que no se ve cuando se toca. Habiendo hecho todo ese laburo, era un despropósito dejar sin decorar la tapa acústica.

En un principio pensé sólo en replicar el filete en la tapa, pero tenía ganas de poner algún dibujo. Nada me convencía así que empecé a buscar patrones incaicos, hasta que me decanté por dibujar una chacana, quedaba bastante bien en el conjunto.

Estuve probando diferentes diseños en dos colores después de jugar un rato llegué a esto:


Arranqué por las guardas:



Ahora el problema, cortar el filete en tiritas de menos de 2 mm de espesor. El primer intento fue directamente usando la hoja del cutter, el segundo intento fue improvisando una herramienta para hacer eso sin desviarse. Si bien las tiritas no salieron uniformes, con que más o menos sean suaves con ese espesor se acomodan:


Lo siguiente fue la chacana:


Y finalmente, después de emparejar y lijar, una mano de barniceta para sellar los poros:


Colocación de la tapa


La colocación de la tapa es pegada y clavada en parte del perímetro y después se cierra con un par de tornillos.


Finalmente, con una mano de barniz:


Terminación


Previo al barniz terminé de cepillar las caras:


Y finalmente un pulido de la madera con 3 granos de lija crecientes:


Al final la mano de barniceta para sellar:


Taracea parte IV: Firma


Por lo general suelo poner mi monograma en todas las cosas que hago. Siendo que todas las decoraciones del cajón las hice en taracea, no podía ser menos para la firma.


Tal vez el sitio no es el mejor, pero era el único lugar en el que más o menos andaba:


Acabado


En un momento me dije que era un buen proyecto como para aprender a laquear pero finalmente decanté por barnizar porque pensé que laqueando se iba a estirar aún más.

Lo que sigue es lo que se imaginan, muchas manos de barniz hasta que cargó bien y uniformizó. Es la primera vez que estoy conforme con cómo barnizo:


Ya que estábamos con la experimentación, quise aprender a pulir barniz. Lo que siguió fueron diferentes tandas de pulido con lija al agua de granos cada vez más finos hasta dejar la superficie pareja y sin rayones:


Secuencia: Barniz, lija 220, lija 400, lija 600, lija 1500, lijando el 2000, lija 2000, brillo después del 2000:


Después pulido con pasta de pulir y máquina (usé un taladro con un plato para lijar y bonete):


Tapa de golpe antes-después del pulido:


Finalmente una mano de lustrador con silicona y brillo final:


El fondo no fue pulido y tiene el barniz sin tratar, esta es la comparativa de sin pulir versus pulido. Es mucho más parejo, pero un poco menos brillante:


Detalles


Para los fieltros no escatimé en tamaño, y están pegados contra el borde para minimizar golpes si alguien se balancea arriba:


Y por último los tornillos de la tapa de golpe:


Final


Sí, larguísimo... tan largo que tuve que modificar el esquema de la base de datos del blog para que se banque esta extensión.

Acá algunas fotos del cajón terminado:




Bombo

Friday, August 26. 2016

De un viaje relámpago a Santiago del Estero nos volvimos con un bombo legüero. Particularmente el más barato que pudo conseguirse. Su confección, calidad, cilindrez, etc. en sintonía con el precio... hasta está atado con alambre sobre una grieta.



En Santiago hay todo un gremio de artesanos que se dedican a grabar los bombos. La técnica tradicional es quemar con planchuelas puestas al rojo en un brasero, algo que no puede reproducirse en un departamento. Lo que tenía en casa era un soldador graaaande:

Cabe destacar que la punta corva no es algo cómodo para "dibujar", que cansa mucho el brazo la parte de estar haciendo palanca mientras se hace presión.

El diseño, googlear un poco por imágenes, hacer un collage, rotar un poco las cosas y amoldarlas al diseño apaisado del bombo.

Los primeros trazos, algo tranca para agarrarle la mano al sistema (y ver si el soldador tiraba potencia como para quemar y eso):


Después, un poco más de detalle:


Un receso para deliberar sobre el diseño de la rama izquierda y plasmarlo:


Luego el lado B y los detalles:


Tres manos de barniz satinado:


Y con ustedes el bombo armado:


Acá puede verse el diseño completo:




Fixing a hole II.

Friday, October 30. 2015

Dejar las ollas en remojo es algo bueno. Dejarlas en remojo más de una semana no tanto. No sé si la acidez de probablemente un tuco, o si algo que fue evolucionando en el tiempo pero la onda es que la vez pasada quise hacerme unos fideos e inundé la cocina.

Una foto vale más de mil palabras. Este es el hoyo mayor, pero en total eran cuatro:


(Alguien que esté cursando Hidráulica puede estimar el diámetro del agujero en función del chorro...)

¿Cómo emparchar una olla de aluminio?, lo más sensato que se me ocurrió fue remarcharla... digamos que las asas suelen estar remachadas y no se escapa agua por ahí. Mismo material, algo que llena el agujero, una cabeza de cada lado.

Para los que no saben lo que es un remache o menos un remache macizo (de 10 ferreterías/zinguerías donde pregunté salvo el que me los vendió los demás no tenían ni idea), esto es un remache:


Primer paso, perforar un agujero donde entre el remache:


Después lijar del lado de adentro para sacar las rebabas y que la cabeza haga tope bien, así es como calza antes de remacharlo:


Y ahora a remachar, mi reino por un yunque y por un martillo de cabeza redondeada, pero bueno una silla y un cortafierro con un martillo de clavar sirven para improvisar. La última vez que usé un remache que no fuera pop fue en primer año de la secundaria, hace 20 años:

Conste, así le ponen los remaches a una olla en una fábrica de ollas, con esa prensa cualquiera remacha.

Ahora a la prueba hidráulica, no sé si se ve, pero hay una gotita minúscula asomando por debajo, es muy difícil martillar para que el remache se expanda bien sobre lo que estaba martillándolo:


Vuelta al "yunque", el remache quedó horrible y cagué a palos la olla pero al menos no perdió más:


Repetir para los otros 3 remaches:


Y ahora, después de retocarlos un poco, la prueba hidráulica de en serio:


Misión cumplida, por 80 centavos el remache y media horita de trabajo recuperé la olla:


Motivacional


Muchas veces el feedback que recibo a estos posts es el "ay, vos sabés, yo no puedo". Como dije en el texto, llevaba 20 años sin poner un remache, así que si alguna vez dominé el arte (creo que el Cristo de Borja que fue el farol que hice en hojalatería dice que no) eso fue sepultado hace tiempo.

Acá va la evolución de los 4 remaches que puse, la práctica hace al maestro, y a no desanimarse si el primero queda horrible, cualquiera de estas técnicas se domina intentándolo un par de veces. El último es como deberían haber sido los otros 3:

Mondioleando.

Wednesday, January 21. 2015

Luego de superado el temor inicial de secar en Buenos Aires surgió la idea de intentar la experiencia grupal de hacer salames. Este post no va a hablar sobre los salames sino de que cuando estaba yendo a comprar la carne para los mismos me tenté y compré una bondiolita para hacer fiambre.

La compra del relleno de los salames la estaba haciendo en La Saladita en Constitución... que me recordó bastante a 7 Cajas. La granja acusaba una dudosa cadena de frío, todos los cortes estaban tirados adentro de un changuito de supermercado, pero por fuera de eso los cortes se notaban frescos y para salar la pieza no tiene que haber pasado por cámara lo que ocurre con las bondiolas que se compran practicamente en cualquier frigorífico. Llevé una bondiola más o menos chica, de 1,8kg.

La receta que usé está tomada de las que habían publicadas en Taringa!, elegí con el criterio de que la parte del salado inicial se pudiera hacer en heladera y el secado al fresco.

Arranqué desgrasando un pelín y salando:


Así como venía, fue a la heladera por 3 días. Largó un poco de agua que fuí sacándole, pero tampoco tanta:


En paralelo a eso, puse en remojo en vino blanco ajos, especias y eso para el marinado:


A los tres días saqué de la heladera, le lavé toda la sal y la puse un poco en remojo en agua para terminar de sacar los granos, no sé si se nota un poco el cambio de color, pero está más pálida que el primer día:


Después del remojo la sequé y la metí a marinar durante un par de horas con el vino, dándola vuelta de vez en cuando para que chupe de todos lados:


Después de eso, a escurrirla bien; la dejé de una noche para la mañana siguiente:


Y bueno, ahora viene la faena de condimentarla, darle la forma y dejarla lista para el secado. Para los condimentos usé pimentón, curry y nuez moscada. La idea es amasarla sobre eso hasta lograr una forma más o menos bondiolesca (con el tiempo en la heladera, el escurrido y eso la forma no era muy regular):


Y de ahí a atarla. Usé papel de manteca, debería haber conseguido film microperforado para fiambres pero no tenía. El laburo del atado es complejo, onda atar un matambre. Hay que apretarla bien fuerte para que conserve la forma y se prense:


De ahí fue a mi fiambrera a secarse:


A los 25 días vi que había reducido mucho en tamaño y que en donde estaba abierto el papel se veía un poco de mufa. De consistencia ya estaba bastante seca pero no me quise arriesgar a cortar el curado ahí. Lo que hice fue abrirla, limpiar con vinagre los hongos y volver a atarla. Se puede ver en la foto cómo los piolines que el primer día estaban tirantes ahora estaban todos flojos por la reducción en el volumen. El atado de esta vez fue casi testimonial porque estaba bastante armada:


Si bien, como ya dije, estaba ya bastante seca, quedó colgada 10 días más. En total, todo el curado fueron 35 días. Esta vez ya tenía tan poca humedad que no volvieron a crecer hongos.

El resultado final, de 1,8kg fresca terminó pesando 1kg: