Lo que no se veía

Tuesday, July 9. 2013

Evité en el post anterior mostrar el reverso de las puertas del vanitory. Se ven sólo en las primeras fotos en las que muestro cómo estaban, y al final de la faena, seguían igual:

Una melamina cagada a palos, manchada, con agujeros, y con un calado para unas bisagras del doble del tamaño que las que le puse.

Enduímos y lijamos:


Vamos a pintar con aerosol. Un glorioso Kuwait, el más barato, sale unos $14... aunque a mí me lo cobraron $20 (y eso que me fui ofendido de una ferretería donde lo tenían a $29). El aerosol es muuuuuy volátil; protegemos todo lo que no queremos pintar (incluso aunque esté del lado de atrás -¡muy volátil!-), con especial cuidado en delimitar bien el borde de hasta donde queremos llegar:


Y acá van las manos.

Primera:

Sí, no cubrió una mierda.

Segunda (lo bueno del aerosol es que entre la primera y la segunda pasaron 10 minutos):


Una más y terminamos...:

...si no fuera porque después de pintar esa puntita me quedé sin pintura. Kuwait y la puta madre que te parió. Encima feriado.

Compré otro en Villa del Parque de camino a un asado en una ferretería que encontré abierta ($25, el impuesto al feriado) y a la noche terminé:

Ya que estaba di dos manos más para tapar algunos detalles, pero con tres ya estaba bien. Sobró media lata.

Sin el enmascarado primero y luego emplazadas in situ:


Le puse un poco de masilla epoxy a parte del codo que tenía una gotera, pegué con un par de puntitos de silicona la pileta al mueble y listo, ahora sí terminé.